La vasectomía consiste en la oclusión y/o la pérdida de la continuidad del conducto que lleva los espermatozoides desde el testículo hasta la uretra, llamado conducto deferente.
La técnica tradicional se realiza a través de una incisión en la raíz del escroto a través de la cual se diseca el cordón espermático aislando y exteriorizando posteriormente el conducto deferente. Una vez aislado el conducto, el cirujano puede optar por alguna de las diversas técnicas de oclusión que existen dentro de las cuales destacan la ligadura del deferente, la oclusión mediante clips metálicos, la resección de un segmento, la cauterización de la luz del conducto y/o la interposición de tejido entre los cabos.
La técnica denominada “vasectomía sin bisturí (no scalpel vasectomy), fue desarrollada en 1974 por el Dr. Li Shunqiang, del Instituto Chongqing de investigación Científica en Planeamiento Familiar de China, siendo luego introducida en USA por primera vez en 1985 por el Dr. Marc Goldstein (de quien el Dr. Pablo Pizzi aprendió esta técnica en la Universidad de Cornell en Nueva York (VER CERTIFICADO CORNELL). Desde allí la cirugía se masificó hacia el resto de USA y Occidente, permitiendo que hasta ahora millones de hombres en todo el mundo han optado por este tipo de operación.
La técnica de vasectomía sin bisturí, la cual ofrecemos a nuestros pacientes, corresponde a una cirugía que permite acceder al conducto deferente a través de una pequeña punción en la piel realizada mediante un instrumental quirúrgico especializado (pinzas y fórceps Li Brand®) que son los únicos instrumentales quirúrgicos usados y validados en la mayoría de los estudios de vasectomía publicados a nivel mundial. Lamentablemente en muchos Centros del país carecen del instrumental o del entrenamiento para realizar esta técnica de manera adecuada.
Este instrumental permite aislar de manera exclusiva el conducto deferente, lo que genera un menor traumatismo a los tejidos, produciendo menos dolor, una recuperación más rápida y una menor tasa de complicaciones comparada con la técnica tradicional, manteniendo las mismas tasas de éxito cercanas al 100%. Esto ha sido demostrado en innumerables estudios a nivel mundial, permitiendo así que la vasectomía sin bisturí sea definida como el estándar en todo el mundo, incluida la en USA.
La técnica de oclusión que usamos, y la que permite las menores tasas de recanalización, consiste en el abordaje mediante técnica sin bisturí, la sección del conducto deferente seguida de cauterización de la luz del conducto, ligadura con material de sutura de reabsorción tardía en ambos cabos y la separación de los segmentos mediante la interposición de tejido entre los cabos.
Cabe señalar que no existe diferencias de costo entre la técnica tradicional y la técnica sin bisturí. El valor es el mismo debido a que está determinado por el código único establecido por Fonasa y las Isapres para la cirugía de vasectomía independiente de la técnica usada.